Artistes républicains espagnols aidés par Picasso. Joan Miró

Abstract

[FR] Artistes républicains espagnols aidés par Picasso. Joan Miró

[ES] La amistad entre Miró y Picasso comenzó en 1920, tras el primer viaje de éste a París, y duraría toda su vida. Prueba de ello son las 21 misivas de 1920 a 1964 conservadas en el archivo de Picasso. Miró, además, quizá sea el más internacional de los artistas españoles que recibió su ayuda tras la derrota republicana; mientras él mismo ayudaba a otros refugiados, aspecto a veces opacado ante más mediática actuación picassiana. Miró no fue muy político, pero se sintió cómodo al llegar la II Republica, con la que colaboró. El estallido de la guerra le pilló en su masía de Montroig. Los sucesos revolucionarios, unidos al secuestro y asesinato de su cuñado Jaume Galobart por milicias antifascistas de Tona, le llevaron a Barcelona en septiembre de 1936 buscando el amparo de la Generalidad y su Comisaría de Propaganda, que facilitaron su huida y exilio en Francia en octubre. Esta Comisaría le encargó en la primavera de 1937 su famoso pochoir Aidez l’Espagne y su gran mural El Segador para el Pabellón Español de la Exposición Internacional de París, acudiendo con Picasso a la preinauguración el 11 de julio. Estimulado por la donación de 300.000 francos que Picasso hizo a la República destinados a comedores para niños de Madrid y Barcelona, Miró fue uno de los principales artistas españoles que crearon (25-12-1938) el llamado Fondo Picasso en favor de la infancia española, que recogía dinero u obras para venta. Y en idéntica línea de ayuda ambos participaron con otros 74 artistas en la muestra que inauguró la galería Bucher-Myrbor (16-07-1939). También apoyaron ambos a creadores españoles y sus familiares para salir de los campos de concentración galos. Así, el citado archivo de Picasso conserva la carta que le envió Miró (16-03-1939) sobre la ayuda para sacar a su cuñado que le pedía el arquitecto Domingo Escorsa, colaborador del aludido Pabellón, añadiendo: “Il a déjà retenu et payé sa cabine pour lui et ce serait malheureux que'il ne puisse pas partir. Moi, de mon côte, j'ai fait quelques démarches sans réussir.” Igualmente, cabe recordar las gestiones de Picasso y Miró para liberar, según Zueras (1986), al pintor Antonio Rodríguez Luna, quien declaró (1981) que antes marchar al exilio en México en mayo de 1939, visitó a Miró en su modesta casa-taller de París y obtuvo su ayuda. En paralelo, desde el campo de Le Bacarès Miró recibió cartas solicitando ayuda de los pintores Antoni García Lamolla y Enric Crous, enviándoles –comenta el segundo (2007)– 50 francos y ayudándoles junto a Roland Penrose y Christian Zervos (cuyas cartas se conservan) para un frustrado embarque hacia México. Miró, según Mercedes Guillén (1973), también acudió en París a la ayuda de Picasso, entre otros necesitados artistas españoles, a su regreso de Antibes en agosto de 1939. Aunque su estancia allí no pudo prolongarse y, antes de finalizar el mes, se estableció en Varangeville-sur-Mer (Normandía). El avance de la ocupación le obligó en mayo de 1940 a instalarse en Palma de Mallorca y en 1942 se trasladó a Barcelona, de donde no se movió hasta su viaje en 1947 a Nueva York, seguido en 1948 de otro a París y Vallauris, en el que visitará a Picasso. En ese tiempo y el sucesivo, puntualmente, los exiliados españoles se encargaron de hacer presente obra de ambos en varias de sus muestras.