De la caritas a la utilitas. Usos públicos del agua en la Sevilla del siglo XVIII: fábricas y cuarteles

Abstract

La ciudad de Sevilla se caracterizó en la Edad Moderna por contar con dos grandes monopolios sobre el suministro de agua: el ejercido por la ciudad sobre la Fuente del Arzobispo, que surtía el jardín y plaza pública de la Alameda, y el mayor y más importante, que empleaba el famoso acueducto de los Caños de Carmona y que estaba en manos de la monarquía. De este último dependía la mayor parte del abastecimiento de la urbe tanto a nivel público como privado. Al ser este agua una regalía, la cantidad circulante en la ciudad era producto de las mercedes reales que se habían ido otorgando desde tiempos medievales. Con el advenimiento de la nueva dinastía borbónica se produjo un importante cambio en la política de concesiones regias, abandonándose la atención prestada en este campo a conventos e instituciones religiosas y pasándose a primar la implantación de fábricas y el abasto de cuarteles y otros edificios de interés público, y por ende productivo y fiscal para la monarquía. El agua se valoró ahora más que nunca como un factor de desarrollo económico, que también se utilizó para premiar los servicios de la nueva aristocracia asociada al comercio y a la administración. Algunos de sus miembros intervendrán en la modificación o creación de espacios urbanos empleando este agua. En esta comunicación abordaremos las líneas maestras de este cambio, centrándonos fundamentalmente en el crecimiento y desarrollo de las fábricas y otros edificios de titularidad estatal o concejil.