El exilio en el arte español del siglo XX. De las problemáticas generales de la emigración a las específicas de la segunda generación de artistas del exilio republicano en México

Abstract

El exilio o la emigración de los intelectuales y artistas españoles es un fenómeno corriente en la historia del arte contemporáneo de España, de manera que forma parte ineludible de su paisaje artístico-cultural, aunque la historiografía acostumbre a pasar de soslayo por este capítulo. En este trabajo se realiza una rápida mirada retrospectiva e introductora sobre este fenómeno artístico durante el siglo XX, centrándose luego, esencialmente, en el análisis y caracterización del fenómeno del exilio republicano de 1939 en México, hasta alcanzar a las mismas circunstancias y problemáticas planteadas a los artistas de la segunda generación, formados ya en el nuevo país. Así, se abordan las diferentes etapas socio-culturales por las que pasaron los creadores españoles exiliados a raíz de la guerra civil española, con insistencia en la irrupción de la segunda generación a partir de los años cincuenta. Esta década comenzó con significativos cambios político-culturales, a los que los artistas se enfrentaron inicialmente de forma cohesiva y combativa, aunque pronto les fue ganando la pasividad, mientras eran reemplazados por la incorporación y presencia artística de la joven generación. Por otro lado, el mismo curso de las posturas de los artistas ante certámenes como las Bienales Hispano-Americanas o las Bienales Inter-Americanas, demostraron no sólo su evolución estilística hacia "evasivas" corrientes internacionales, sino también como fue decayendo la combativa unidad primera y diferenciándose las actitudes de los artistas exiliados y los latinoamericanos. Durante los años sesenta y primeros setenta, pues, se verá no sólo como el exilio -política e instrumentalmente- fue perdiendo sentido, sino también como el protagonismo, tanto político como artístico, lo absorberá la joven generación, la cual había fusionado lo español y mexicano. Convivirán en el México de los sesenta la abstracción y el expresionismo figurativo, ambos caminos con destacada presencia e influencia española, y habrá una viva preocupación por salir al ruedo internacional. España misma, comienza a ser lugar de exposición para los exiliados, a la vez que, en México, decae la actividad de la vieja generación y sus instituciones. Con la llegada de los años setenta, llegaría también -en 1977- el fin del exilio político, unido al reconocimiento mexicano del gobierno de España. Había toda una herencia artística de la generación precedente en los jóvenes; pero para éstos, en la práctica, el exilio hacia tiempo que había acabado, como demuestra su creciente presencia en las galerías de España. Para entonces, pues, en realidad el exilio era ya historia sellada.