Estudio de la desorción de iones ortofosfato absorbidos sobre goetita

Abstract

Los suelos poseen, en mayor o menor extensión, componentes capaces de retener aniones, que quedan unidos de alguna forma a la fase sólida del suelo. Este hecho es de gran importancia ya que algunos de estos aniones son imprescindibles para una adecuada nutrición vegetal. De todos ellos, los más estudiados desde este punto de vista han sido los aniones ortofosfatos. Los óxidos e hidróxidos de hierro y aluminio destacan entre los materiales del suelo por ejercer una gran influencia sobre el fósforo. Este hecho ha sido ampliamente comprobado por numerosos investigad~ res. Así, Ford (1933), Weisser (1933) y Dean (1934) demostraron que el poder de retención de fosfatos por goetita, limonita y bauxita presentes en los suelos, es comparable al total del poder de retención de los suelos donde se encuentran. Este aspecto ha sido también señalado por Black (1942), Kittrick y Jackson (1956) y Uzu (1965) entre otros autores, Bromfield (1963), Saunders (1964), Syers y col. (1971), Udo y Uzu (1972), López Hernández y col. (1973), Jai Y Bhasker (1974) han comprobado el alto grado de correlación que existe entre el hierro y el aluminio o extraídos de suelos por diversos agentes y la retención de fósforo que aquellos presentan. Puede asegurarse que son dos los mecanismos que explican la disminución de la concentración de ion fosfato en solución cuando se ponen en contacto con un suelo o sus componentes, Uno de estos mecanismos es el de la precipitación del fósforo contenido en la solución para formar compuestos poco solubles de hierro, aluminio y/o calcio cuando las condiciones del medio permiten que se rebase el producto de solubilidad de determinados fosfatos.

Los suelos poseen, en mayor o menor extensión, componentes capaces de retener aniones, que quedan unidos de alguna forma a la fase sólida del suelo. Este hecho es de gran importancia ya que algunos de estos aniones son imprescindibles para una adecuada nutrición vegetal. De todos ellos, los más estudiados desde este punto de vista han sido los aniones ortofosfatos. Los óxidos e hidróxidos de hierro y aluminio destacan entre los materiales del suelo por ejercer una gran influencia sobre el fósforo. Este hecho ha sido ampliamente comprobado por numerosos investigad~ res. Así, Ford (1933), Weisser (1933) y Dean (1934) demostraron que el poder de retención de fosfatos por goetita, limonita y bauxita presentes en los suelos, es comparable al total del poder de retención de los suelos donde se encuentran. Este aspecto ha sido también señalado por Black (1942), Kittrick y Jackson (1956) y Uzu (1965) entre otros autores, Bromfield (1963), Saunders (1964), Syers y col. (1971), Udo y Uzu (1972), López Hernández y col. (1973), Jai Y Bhasker (1974) han comprobado el alto grado de correlación que existe entre el hierro y el aluminio o extraídos de suelos por diversos agentes y la retención de fósforo que aquellos presentan. Puede asegurarse que son dos los mecanismos que explican la disminución de la concentración de ion fosfato en solución cuando se ponen en contacto con un suelo o sus componentes, Uno de estos mecanismos es el de la precipitación del fósforo contenido en la solución para formar compuestos poco solubles de hierro, aluminio y/o calcio cuando las condiciones del medio permiten que se rebase el producto de solubilidad de determinados fosfatos.