2024-03-29T10:00:22Zhttp://digital.csic.es/dspace-oai/requestoai:digital.csic.es:10261/182832016-02-16T05:50:01Zcom_10261_77com_10261_8col_10261_960
DIGITAL.CSIC
author
Carracedo, Juan Carlos
2009-11-04T07:47:16Z
2009-11-04T07:47:16Z
1979
84-500-3271-7
http://hdl.handle.net/10261/18283
La relativamente reciente confirmación de la deriva de los continentes, teoría
enunciada por primera vez por Wegener en 1915, y fruto de ella, la teoría de la
tectónica de placas, ha supuesto sin lugar a dudas una auténtica revolución en las
Ciencias de la Tierra, especialmente en la Geología. Esta revolución es comparable
al impacto que causara en su día en la Biología la introducción del concepto de
evolución.
Las primeras tentativas de explicación de la génesis de las Islas Canarias se
producen al conocerse los enunciados de la tectónica global, relacionando esta
génesis con la apertura del Atlántico. La continua separación de los continentes de
Africa y América del Sur, como consecuencia de la continua expansión del suelo
del Atlántico a partir de la dorsal, produce una serie de fenómenos que afectan a
las Canarias, al ser estas islas parte integrante de la placa litosférica africana.
El análisis de las relaciones existentes entre las áreas volcánicas activas y la
tectónica de placas vino a demostrar la aparición de volcanismo activo y acentuada
sismicidad en los bordes de placa. Un grupo de autores intenta relacionar las
Canarias con un borde constructivo, cuyas manifestaciones volcánicas, las Islas,
habrían ido alejándose de la Dorsal Centroatlántica por la continua actividad
generadora de suelo oceánico a partir de esta zona central.
Estos modelos presentan la dificultad de que la edad de las Canarias no parece
sobrepasar los 30 ó 40 millones de años, mientras que, según determinaciones
cronológicas recientes, la edad de la corteza oceánica que rodea el Archipiélago
supera los 150 m. a.
Además de la lógica conjugación de la génesis de las Canarias con la tectónica
del Atlántico, aparecen nuevas hipótesis que intentan relacionar este proceso con
la geología continental africana, especialmente con el plegamiento del Atlas, cuya
ocurrencia coincide en el tiempo con la formación de las Islas.
Más adelante aparece un nuevo factor que influirá decisivamente en los modelos
posteriores, como son las dataciones radiométricas efectuadas en las Islas por
Abdel Monem y otros en 1972 que ponen de manifiesto el crecimiento hacia el Este
de las edades máximas del volcanismo subaéreo visible más antiguo de las Islas.
Siguiendo pues la dirección de expansión del suelo del Atlántico, estas edades
máximas van creciendo de forma progresiva desde los 0.75 m. a. correspondientes
.al Hierro, hasta los 19 m. a. de Lanzarote. Resulta entonces lógico que se aplicara
al origen de las Canarias el mismo modelo que se había aplicado con éxito en las
Islas Hawaii. Este modelo, ideado por Tuzo Wilson en 1963, suponía la existencia
de una zona de fusión fija en el manto (punto caliente) que se manifestaría en
superficie como un área de volcanismo activo continuo.
El lento (varios cm. por año) pero incesante desplazamiento de una placa
litosférica sobre este punto caliente explicaría la progresión de edades de las islas
edificadas por este tipo de actividad volcánica. Aunque este modelo es aún válido
para explicar la génesis del Archipiélago, presenta una serie de dificultades en su
aplicación entre las que destacan la aparente inmovilidad de la placa africana en los
últimos 25 m. a., según observaciones recientes realizadas por Burke y Wilson
(1972), así como la posible existencia en las Islas de interrupciones importantes de
la actividad volcánica. Estos dos hechos, de confirmarse, chocarían con los funda
mentos de la teoría expuesta por Tuzo Wilson.
Como hipótesis alternativa y en un intento de salvar estos inconvenientes,
Anguita y Hernan postulan la existencia de una fractura en la litosfera en el área de
Canarias relacionada con el plegamiento del Atlas cuya actividad se propagaría
hacia el área de las Canarias, iniciando a su paso la actividad volcánica. Este
sencillo modelo explicaría la progresión de edades hacia el Este, como resultado de
la propagación de las tensiones en sentido opuesto. Al mismo tiempo permitiría la
existencia de hiatos en la actividad volcánica de las Islas como consecuencia de la
repetición del proceso de fracturación.
Un tercer grupo (Araña y otros, en prensa) supone la existencia de bloques
con saltos de falla de varios miles de metros, producidos por acortamiento cortical
en la zona de tránsito de la corteza oceánica a la continental en la zona del
Archipiélago. Esta fracturación en bloques favorecería el ascenso de los materiales
volcánicos que darían lugar a las islas.
En otro orden de cosas, el paleomagnetismo ha sido instrumento tan valioso
en el aporte de evidencia a favor de la deriva continental y la tectónica de placas
que es muy dudoso que su aceptación final se hubiese logrado sin su ayuda. La
determinación de las curvas de deriva polar de los bloques continentales, el descubrimiento de las bandas de anomalías magnéticas impresas en los fondos oceánicos,
el estudio de las inversiones del campo magnético terrestre (CMT) presentes en los
sedimentos de los fondos oceánicos, etc., han sido sin duda hitos fundamentales en
la elaboración y demostración de las teorías mencionadas.
El paleomagnetismo no es una ciencia joven, aunque su mayor impulso sea
reciente y esté relacionado con el desarrollo de las hipótesis de la expansión de los
suelos oceánicos y la tectónica global.
El término paleomagnetismo o «magnetismo fósil» explica que esta ciencia
estudia las variaciones y características del CMT registradas en las rocas desde el
pasado geológico más remoto. Melloni en 1853 midió por primera vez de forma
sistemática la magnetización remanente en rocas volcánicas de Italia y descubrió
que ésta se imprime en las rocas por la acción del CMT en el momento del
enfriamiento. Siguiendo las ideas de Melloni, Forgheraiter sugirió en 1894 que el
análisis de las direcciones de magnetización permanente impresa en las rocas volcánicas daba una indicación de las características del CMT en el momento de su
.formación, lo que permitía, por observación de rocas de diferentes edades, la
reconstrucción de la historia del campo magnético terrestre fósil. Al mismo tiempo
descubría la existencia de inversiones del campo magnético.
Hoy día, la combinación de determinaciones de la polaridad de la remanencia
magnética de rocas y sus edades radiométricas ha permitido el conocimiento preciso de la historia del CMT. especialmente en los últimos 4.5 m. a.
El paleomagnetismo goza hoy de gran importancia en Geología teniendo aplicación práctica en campos tan diversos como el estudio de las características del
interior de la Tierra, la solución de problemas tectónicos y estructurales y muy
especialmente en la datación de rocas. La datación de rocas por medio del paleo
magnetismo puede hacerse a tres niveles distintos de precisión. Un primer nivel
consiste en el empleo de las l'ariaciones seculares del CMT y permite detectar
diferencias en edad de miles de años. El segundo nivel emplea las inversiones del
CMT, detectando diferencias de edad de centenares de miles de años. Por último,
el tercer nivel utiliza las curras de derira polar de los bloques continentales registrando diferencias de edad de millones de años.
Las Islas Canarias tienen una historia volcánica activa de al menos 20 m. a.
por lo que presenta condiciones idóneas para la utilización de las inversiones del
CMT como criterio cronológico. Sin embargo, en una primera etapa se intentó el
empleo de las curvas de deriva polar como método de datación (Watkins et al.,
1966; Carracedo y Talavera, 1971), haciéndose pronto evidente la necesidad de
dataciones radiométricas y del empleo de las inversiones del CMT para una eva
luación precisa de la edad de las Islas.
Son estos criterios aplicados recientemente (Abdel-Monem et al., 1972; Carra
cedo, 1975) los que han permitido tener un conocimiento bastante preciso no sólo
de la edad sino de la historia volcánica y de la estratigrafía geomagnética de las
Islas, especialmente Tenerife.
A diferencia de la corteza oceánica donde las bandas de anomalías magnéticas
(inversiones del CMT) presentan una distribución bien definida, en las islas Cana
rias la irregular distribución en el tiempo y espacio de las emisiones volcánicas
hace que el empleo de las inversiones del CMT no sea tan sencillo.
De todas formas, es evidente que este método constituye un instrumento muy
valioso en estos ambientes geológicos carentes de los criterio geocronológicos
habituales: fósiles, discordancias generalizadas, etc.
El empleo de estas inversiones del CMT, en combinación con una selección de
dataciones radiométricas para la realización de mapas paleomagnéticos, ha sido
aplicado con cierta extensión en Islandia (Dagley et al., 1967; Piper, 1973) y en
Tenerife (Carracedo, 1975). Este método consiste en síntesis en realizar en tierra
con magnetómetros portátiles un tipo de cartografía similar a la realizada en los
fondos oceánicos por medio de las anomalías magnéticas y ha resultado de gran
valor en el refinamiento cronológico de los mapas geológicos establecidos.
spa
openAccess
Paleomagnetismo
Volcanología
Geocronología
Tenerife
Paleomagnetismo e Historia Volcánica de Tenerife
libro
TGljZW5zZSBncmFudGVkIGJ5IEVEVUFSRE8gUk9EUklHVUVaIEJBRElPTEEgKG1jbmVyMTJAbW5jbi5jc2ljLmVzKSBvbiAyMDA5LTExLTA0VDA3OjQ3OjE1WiAoR01UKToKCkxpY2VuY2lhIENTSUMgCgpQYXJhIHF1ZSBlbCByZXBvc2l0b3JpbyBEaWdpdGFsLkNTSUMgcHVlZGEgYWxtYWNlbmFyIHkgZGlzdHJpYnVpciBlbCBvYmpldG8gZGlnaXRhbCBkZXBvc2l0YWRvLCAKZXMgbmVjZXNhcmlvIHF1ZSBsYSBwZXJzb25hIHF1ZSBoYWdhIGVsIGRlcMOzc2l0byBsZWEgeSBhY2VwdGUgbGFzIGNvbmRpY2lvbmVzIGVzdGFibGVjaWRhcyBlbiAKZXN0YSBsaWNlbmNpYTogCgpFbC9sb3MgYXV0b3IvZXMgbyBwb3NlZWRvci9lcyBkZWwgY29weXJpZ2h0IGRlbCB0cmFiYWpvIGRlcG9zaXRhZG8gbyBlbiBzdSBjYXNvIGxhIHBlcnNvbmEgCmRlbGVnYWRhIHBhcmEgaGFjZXJsbywgZ2FyYW50aXphIGFsIENTSUMgZWwgZGVyZWNobyBubyBleGNsdXNpdm8gcGFyYSBkaXN0cmlidWlyLCBhbG1hY2VuYXIgeSAKcHJlc2VydmFyIGVuIGZvcm1hdG8gZWxlY3Ryw7NuaWNvIGVsIG9iamV0byBkaWdpdGFsIGRlcG9zaXRhZG8uCgpFbCBkZXBvc2l0YW50ZSwgZW4gY2FzbyBkZSB1bmEgb2JyYSBjb24gbcOhcyBkZSB1biBhdXRvciwgZ2FyYW50aXphIHF1ZSBsbyBoYWNlIHJlc3BvbnNhYmxlbWVudGUgCmVuIG5vbWJyZSB5IGNvbiBjb25zZW50aW1pZW50byBkZSBsb3MgZGVtw6FzIGNvYXV0b3Jlcy4KCkRlY2xhcmEgcXVlIHNlIHRyYXRhIGRlIHVuIHRyYWJham8gb3JpZ2luYWwgeSBubyBlc3RhIHN1amV0byBhIHJlc3RyaWNjaW9uZXMgZGUgY29weXJpZ2h0IGNvbiAKdGVyY2Vyb3MgcGFyYSBwb2RlciBvdG9yZ2FyIGFsIENTSUMgbG9zIGRlcmVjaG9zIHJlcXVlcmlkb3MgZW4gZXN0YSBsaWNlbmNpYS4KClNpIGVsIHRyYWJham8gZGVwb3NpdGFkbyBjb250aWVuZSBtYXRlcmlhbCBkZWwgcXVlIGVsIGF1dG9yIG5vIHBvc2VlIGVsIGNvcHlyaWdodCwgZWwgYXV0b3IgCmRlY2xhcmEgcXVlIGhhIG9idGVuaWRvIGVsIHBlcm1pc28gbmVjZXNhcmlvIGRlbCBwcm9waWV0YXJpbyBkZWwgY29weXJpZ2h0IHBhcmEgZ2FyYW50aXphciBhbCAKQ1NJQyBsb3MgZGVyZWNob3MgZGVzY3JpdG9zIGVuIGVzdGEgbGljZW5jaWEsIHkgcXVlIGVsIHBvc2VlZG9yIGRlbCBjb3B5cmlnaHQgZXN0w6EgY2xhcmFtZW50ZSAKaWRlbnRpZmljYWRvIHkgcmVjb25vY2lkbyBlbiBlbCB0ZXh0byBvIGNvbnRlbmlkbyBkZWwgYXJjaGl2byBkZXBvc2l0YWRvLgoKRWwgYXV0b3IgYWNlcHRhIHF1ZSBlbCBDU0lDIHB1ZWRlLCBzaW4gcmVhbGl6YXIgY2FtYmlvcyBlbiBlbCBjb250ZW5pZG8sIGNvbnZlcnRpciBlbCB0cmFiYWpvIGEgCmN1YWxxdWllciBtZWRpbyBvIGZvcm1hdG8gY29uIG9iamV0aXZvcyBkZSBwcmVzZXJ2YWNpw7NuLgoKQXNpbWlzbW8gZWwgYXV0b3IgYWNlcHRhIHF1ZSBlbCBDU0lDIHB1ZWRlIGNvbnNlcnZhciBtw6FzIGRlIHVuYSBjb3BpYSBkZSBlc3RlIHRyYWJham8gcGFyYSBnYXJhbnRpemFyIApsYSBzZWd1cmlkYWQgeSBsYSBwcmVzZXJ2YWNpw7NuIGRlIGxvcyBhcmNoaXZvcy4KCkVsIENTSUMgcHJlc2VydmFyw6EgeSBkaWZ1bmRpcsOhIGVzdGUgdHJhYmFqby4gRW4gZWwgY2FzbyBkZSBxdWUgbm8gcHVlZGEgY29udGludWFyIG1hbnRlbmllbmRvIGVsIAphcmNoaXZvIGNvbW8gcGFydGUgZGVsIHJlcG9zaXRvcmlvIGluc3RpdHVjaW9uYWwgc2UgcmVzZXJ2YSBlbCBkZXJlY2hvIGRlIGRldm9sdmVyIGVsIGNvbnRlbmlkbyBhbCAKZGVwb3NpdGFudGUuIFNpIGVzdG8gbm8gZXMgcG9zaWJsZSAocG9ycXVlIGxhIGNvbXVuaWRhZCwgY29sZWNjacOzbiBldGMuIHlhIG5vIGV4aXN0YSBvIGVsIGF1dG9yIG5vIAplc3TDqSBsb2NhbGl6YWJsZSksIGVsIG1hdGVyaWFsIHBvZHLDrWEgc2VyIGFyY2hpdmFkbyBjb21vIHBhcnRlIGRlbCBhcmNoaXZvIGRpZ2l0YWwgZGUgbGEgaW5zdGl0dWNpw7NuLiAKClNpIGxhIGNvbnRyaWJ1Y2nDs24gc2UgYmFzYSBlbiB0cmFiYWpvcyBmaW5hbmNpYWRvcyBvIHBhdHJvY2luYWRvcyBwb3Igb3JnYW5pemFjaW9uZXMgZGlzdGludGFzIGFsIApDU0lDLCBkZWNsYXJhIGhhYmVyIGN1bXBsaWRvIGNvbiBjdWFscXVpZXIgZGVyZWNobyB5IG9ibGlnYWNpw7NuIGV4cHJlc2Fkb3MgZW4gZWwgY29udHJhdG8gbyBhY3VlcmRvIApjb24gZGljaGFzIG9yZ2FuaXphY2lvbmVzLiAKCkVsIG5vbWJyZSBkZWwgZGVwb3NpdGFudGUgcXVlZGFyw6EgY2xhcmFtZW50ZSBpZGVudGlmaWNhZG8gcG9yIGVsIENTSUMgY29tbyBlbCBkZWwgYXV0b3IgbyBwcm9waWV0YXJpbyAKZGUgbGEgY29udHJpYnVjacOzbiwgeSBlbCBDU0lDIG5vIHJlYWxpemFyw6EgbmluZ3VuYSBhbHRlcmFjacOzbiBkZSBzdSBjb250cmlidWNpw7NuLCBleGNlcHRvIGxhcyByZWZlcmlkYXMgCmFsIGZvcm1hdG8sIHBlcm1pdGlkYXMgcG9yIGVzdGEgbGljZW5jaWEuCg==
URL
https://digital.csic.es/bitstream/10261/18283/1/Paleomagnetismo%20e%20Historia%20Volcanica%20de%20Tenerife.pdf
File
MD5
de255efec3668967c772110a8ee68035
16080160
application/pdf
Paleomagnetismo e Historia Volcanica de Tenerife.pdf
URL
https://digital.csic.es/bitstream/10261/18283/4/Paleomagnetismo%20e%20Historia%20Volcanica%20de%20Tenerife.pdf.txt
File
MD5
3e470dadcd8093394d86850db813a179
110854
text/plain
Paleomagnetismo e Historia Volcanica de Tenerife.pdf.txt