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Larraga, Vicente
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2010-11
Vicente Larraga, Director del CIB y Julio R. Villanueva, Vicepresidente del Consejo Científico
de la Fundación Ramón Areces: El Centro de Investigaciones Biológicas ha cumplido medio siglo el año
2008. La Fundación Ramón Areces, siempre atenta a la realidad científica española,
ha celebrado un simposio para conmemorar esta efemérides. El presente volumen
es el resultado de este simposio en el que se analizó, por parte de sus protagonistas
y de científicos destacados de nuestro país, el origen y desarrollo del
CIB que puede ser un reflejo de lo sucedido en España en estos años con la ciencia
biológica. Se trata de un periodo de tiempo suficientemente prolongado
como para poder mirar atrás. El país, y su ciencia, son completamente distintos
después de este tiempo. De un país depauperado y aislado hemos pasado a otro
que se encuentra entre los más ricos de este planeta y que tiene una voz respetada
en el contexto internacional. Su ciencia ha pasado de tratar de recuperarse de
la pérdida sufrida en instalaciones y fundamentalmente en personas, después de
una guerra cruel y destructiva, a estar en una situación en la que se vislumbra el
objetivo de alcanzar a nuestros vecinos occidentales de una vez por todas y dejar
de ser un país «diferente». El nacimiento del CIB fue el primer intento serio, por
parte de las personas responsables de la ciencia en España, de recuperar el tiempo
perdido. Las entonces nuevas instalaciones de la calle de Velázquez de Madrid
supusieron un cambio sustancial sobre los restos de la investigación médica que
sobrevivían como podían en unos pocos laboratorios universitarios, del antiguo
Instituto Cajal y de los hospitales. Se trataba de poner en marcha unas instalaciones, modernas para la época, dedicadas exclusivamente a la investigación científica y de la creación de un ambiente de trabajo destruido veinte años antes.
Poner en valor a la investigación científica biomédica en una sociedad en la
que no se sabía muy bien que significaba la investigación y para que servía. Es
ilustrativa la anécdota que contaba el Prof. Sols al que un ministro de turno le
preguntó, durante una visita, si aquellas personas que veía trabajando en el laboratorio «estaban haciendo algún experimento concreto». A pesar de la ignorancia social sobre la investigación, personas como el Dr. Marañón o los Drs.
García Orcoyen o Albareda crearon el CIB y llamaron a personas formadas en el
extranjero para trabajar en el mismo. El citado Prof. Sols o los Profs. Villanueva
o Losada se incorporaron, entonces como jóvenes científicos con nuevas ideas, a
las figuras que quedaban en el sistema, aunque fuera en situación precaria,
como los Drs. Castro o Rodríguez Lafora. Como consecuencia de la incorporación
de estos nuevos científicos, el CIB pasó a convertirse de un centro de Biomedicina
a un centro de Biología más abierto, con líneas de microbiología general,
investigación en enzimología (entonces en la punta de la ciencia) o
genética. Esta ampliación de objetivos fue decisiva para el futuro del centro.
Desde entonces, el CIB ha sido un foco de proyección de la biología en España.
Los avances en la biología del desarrollo, la utilización de la Microbiología
como modelo para la Bioquímica (nueva ciencia entonces), el nacimiento de la
biología molecular con modelos como los virus o el estudio de los orgánulos subcelulares (membranas, mitocondrias, núcleo, etc) tuvieron en el CIB sus bases
científicas iniciales que luego irradiaron hacia otros institutos e instituciones.
En efecto, gran parte de los grupos que con tanto éxito construyeron la expansión
de la Biología molecular y la Bioquímica en los años setenta del siglo XX
en el propio CSIC (Centro de Biología Molecular Severo Ochoa) o en las Universidades
(Salamanca, Sevilla, Oviedo, Valencia, etc.) salieron del Centro de Investigaciones
Biológicas llevando el método científico y la formación en los mejores
laboratorios internacionales como norma de trabajo.
El CIB, como cualquier instituto de la comunidad científica internacional, ha ido formando científicos que han generado grupos en diversas instituciones y hay que decir que
con éxito, tanto en la ciencia académica como en la de desarrollo o la política
científica.
No obstante, hay que mirar hacia delante, teniendo en cuenta la tradición
creada por aquellos científicos que desarrollaron su actividad en el Centro y a él
dedicaron lo mejor de su vida profesional, pero sin quedarnos en la mera conmemoración
del pasado. Ahora, hay otros, guiados por el mismo afán y otros
vendrán. La ciencia es diferente, los científicos distintos pero el empeño es el mismo.
Hacer una investigación de la máxima calidad y que sirva a la sociedad que
nos apoya.
Con este espíritu se ha realizado este año la conmemoración de estos primeros
cincuenta años de investigación en Biología. Se han realizado este simposio,
seminarios científicos con figuras de primera fila internacional y otras conmemoraciones, pero siempre considerando que este centro de investigación ha sido y será un foco de buena ciencia y cultura científica con mayúsculas. Sirva este libro como homenaje a aquellos que en circunstancias difíciles tuvieron la visión
de futuro de la importancia de la ciencia en el desarrollo de España y a los que
dedicaron sus vidas de trabajo al Centro de Investigaciones Biológicas del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas contribuyendo al avance de la Biología
en España.
D.L. M. 17.020-2010
http://hdl.handle.net/10261/185492
Aniversarios
Centro de Investigaciones Biológicas
Fundación Ramón Areces
CSIC
Los cincuenta años del Centro de Investigaciones Biológicas, su impacto en el desarrollo de las Ciencias Biológicas en España