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La banca de emisión en Cuba (1856-1898)
Roldán de Montaud, Inés
Roldán de Montaud, Inés [0000-0002-5850-0230]
Desde finales del siglo XVIII, una serie de circunstancias favorecieron
en la isla de Cuba un rápido crecimiento económico, basado en la expansión
del cultivo de la caña de azúcar. La adopción por parte de España
de diversas medidas que tendían a remover algunos de los obstáculos
institucionales que se oponían al crecimiento, como la desaparición de
algunos de los monopolios existentes o la liberalización del comercio,
desempeñó un papel importante. La suerte de la colonia francesa de
Saint-Domingue y el asentamiento de colonos procedentes de Haití y del
tambaleante imperio español en América, unido a una política migratoria
más propicia, favorecieron los cambios. La extensión del sector azucarero
en aquellos años fue acompañada por un paralelo crecimiento de las
necesidades de crédito. Desde finales del siglo XVIII abundan los testimonios
de los contemporáneos sobre los problemas que revestía la financiación
de aquella pujante actividad.
No fue hasta mediados de siglo cuando comenzaron a hacer su aparición
los bancos constituidos en forma de sociedad anónima: la Compañía
de Almacenes de Regla —germen del futuro Banco del Comercio—,
el Banco Industrial, el Crédito Territorial Cubano, el Banco de San José y el
Banco Español de La Habana se establecieron en los años cincuenta,
uniéndose a la Caja de Ahorros, que se había constituido en 1841. A tan
corta nómina parece que se redujo el número de bancos stricto sensu
existentes entonces. No disponemos de monografías sobre dichas entidades
bancarias ni sobre las que aparecieron con posterioridad, seguramente
de corta vida y escasa actividad; no conocemos el alcance de sus
operaciones, pero, dado su limitado número, en el caso cubano, como en
muchos otros, los comerciantes refaccionistas con extensos vínculos fuera
de la isla debieron desempeñar un papel importante como intermediarios
financieros, tal y como han demostrado García López y Ely, y como
atestiguan los centenares de libros de contabilidad de comerciantes banqueros
británicos o americanos 1). Nadie discute que durante buena
parte del siglo XIX el crédito estuvo casi exclusivamente en manos de una serie de casas comerciales que se dedicaron también a realizar negocios
de banca. Los mecanismos crediticios que vinculaban al productor
azucarero con el capital financiero a través del comerciante refaccionista
no sufrieron, seguramente, transformaciones profundas hasta el final de
la época colonial.
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2004
artículo
Estudios de historia económica, Nº. 44, 2004, pags. 1-213
0213-2702
http://hdl.handle.net/10261/8783
spa
http://www.bde.es/informes/be/sroja/roja44.pdf
openAccess
Banco de España