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Invitar a revisión por pares abierta
Campo DC Valor Lengua/Idioma
dc.contributor.authorBádenas de la Peña, Pedroes_ES
dc.date.accessioned2008-11-26T11:31:26Z-
dc.date.available2008-11-26T11:31:26Z-
dc.date.issued1999-
dc.identifier.citationRevista de filología románica, Nº 16, 1999, pags. 189-209es_ES
dc.identifier.issn0212-999X-
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/10261/8820-
dc.description.abstractEl proceso violento de descomposición de la antigua Yugoslavia durante esta última década del siglo ha conmocionado a la opinión pública europea. La violencia desatada, aún en curso, augura un largo período de hostilidad y ruptura de la convivencia en todo el Sureste europeo. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial se había considerado —inconscientemente— que la violencia era el recurso de regímenes despóticos «tercermundistas » para resolver sus problemas y que Europa estaba a salvo de tales desastres. Incluso los sangrientos sucesos de Hungría (1956) y de Checoslovaquia (1968) eran algo ajeno al espíritu europeo y atribuibles umcamente a la necesidad de defender la URSS su hegemonismo pactado en Yalta y Potsdam sobre medio continente. Pero el naufragio de la antigua Yugoslavia postítista, cuando parecía que el fin de la bipolaridad abría un prometedor futuro sin tensiones, despertó a los occidentales de una prolongada inconsciencia. Nadie, absolutamente nadie, ni en los medios políticos, ni intelectuales, sospechaba que el orden nacido en Europa tras 1945 pudiera mantener latentes los mismos elementos que habían generado gran parte de las catástrofes humanas que acompañaron a las guerras balcánicas y al desmembramiento de Turquía al término de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo sí que existían y actuaban los mismos factores que ahora están desestabilizando los Balcanes. Todo lo que está sucediendo y, lo que es mas importante, las mismas actitudes mentales, ya se produjo y actuó en Chipre no hace tanto. El drama chipriota en sus diversas fases: descolonízación (1955-1960), ruptura de la convivencia (1963-64) y virtual partición violenta de la isla (1974-hasta hoy) contiene todos los ingredientes que actualmente, a una escala mayor y más compleja, han incendiado de nuevo los Balcanes. La inconsciencia europea que nunca quiso o supo medir el alcance de ese conflicto, en apariencia lejano y periférico, ha ido de la mano de una actitud bastante más arriesgada y, por supuesto, menos inocente: la lógica de la homogeneidad en la configuración de los estados-nación. La homogeneidad, sobre la que se fue forjando la tradición política occidental y su correspondiente pensamiento, es en realidad una ficción. Las sociedades humanas nunca pueden ser, por naturaleza, homogéneas porque los criterios de diferenciación son múltiples. En cada momento histórico puede predominar un criterio sobre otros posibles. El recurso para aplicar la hoínogeneidad queda así abierto, en otras palabras, la «limpieza étnica» puede operar bajo diversas formas. El orden emanado de los tratados de paz de Westfalia (1648) —cujus regio ejus religio— supone, como lo había sido en la España del siglo XVI, un determinado criterio de «etnicidad»: la religión. La Paz de Westfalia abrió el camino para la creación de Estados políticamente homogéneos, con población ya católica, ya protestante. Más tarde, en el siglo xx, el criterio varía —aunque en muchos casos podrá unirse al anterior— y será la lengua el factor homogenizador. La cartografía alemana etnolingtiistica influida así en la remodelación del mapa político europeo. Asimismo, en el caso de los Balcanes, estaban ya servidos los conflictos por venir, pues el factor religioso —único criterio vertebrador del equilibrio entre los distintos pueblos del imperio otomano— se complicó con la diversidad lingilística del Rúm-millez. Hoy vemos los efectos de la reaparición de los mismos criterios para redefinir nuevos espacios: en Chipre, Bosnia, Croacia, Macedonia, Kosovo, Serbia los criterios religiosos y/o lingúisticos, con toda la compleja carga autoidentificatoria que implican, han llegado a estar fuera de todo control racional. El lenguaje, único instrumento y medio humano de conceptualización y expresión, ocupa — como es obvio— un lugar esencial.es_ES
dc.format.extent910659 bytes-
dc.format.mimetypeapplication/pdf-
dc.language.isospaes_ES
dc.publisherUniversidad Complutense de Madrides_ES
dc.rightsopenAccesses_ES
dc.titleEl lenguaje de la intolerancia en los Balcaneses_ES
dc.typeartículoes_ES
dc.description.peerreviewedPeer reviewedes_ES
dc.relation.publisherversionhttps://revistas.ucm.es/index.php/RFRM/article/view/RFRM9999110189Aes_ES
dc.relation.csices_ES
dc.contributor.orcidBádenas de la Peña, Pedro [0000-0002-4396-4470]es_ES
dc.type.coarhttp://purl.org/coar/resource_type/c_6501es_ES
item.openairetypeartículo-
item.grantfulltextopen-
item.cerifentitytypePublications-
item.openairecristypehttp://purl.org/coar/resource_type/c_18cf-
item.fulltextWith Fulltext-
item.languageiso639-1es-
Aparece en las colecciones: (CCHS-ILC) Artículos
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